Las cerezas (9-11-2004)
Resulta curioso que la periodista gallega regresa a la televisión pública estatal una vez producido el cambio de Gobierno. Es de imaginar que su marcada color socialista le haya sido de gran ayuda para regresar a TVE. El contenido del programa esta altamente politizado (aunque de forma subliminal), la inmensa mayoría de los invitados son de izquierdas, los sketch tienden a la ridiculización de la derecha política y los guiños políticos son constantes. Analizando la trayectoria de Julia Otero da la sensación de que no tiene cabida en su programa nadie que no comulgue con sus ideas. En mi opinión, resulta lamentable que el Gobierno se llene la boca hablando de la objetividad de TVE a partir de su entrada en la Moncloa cuando la realidad se muestra muy distinta. La falta de objetividad de Otero se muestra en su máximo esplendor a la hora de entrevistar a líderes políticos. Mientas a unos los pone contra las cuerdas, a otros les extiende alfombras dialécticas para su lucimiento. Dejando de lado las críticas que pudieran verterse sobre la más que discutible intención de objetividad que nos vende el Gobierno en la Televisión Pública, pasemos a analizar el programa del pasado 9-11-2004 de Las cerezas.
La formula que utiliza Otero en su nuevo programa está tan manida como sobreexplotada: un programa para adeptos a su conductor. El ritmo al que avanza el programa ( el programa es todo aquello que transcurre entre las larguísimas y continuadas pausas que hacen imposible ver el programa entero si no lo tienes grabado) es lentísimo y los invitados se van dando paso de forma sucesiva a través de la gastada fórmula consistente en tener al primer invitado presente mientras dura la presentación del segundo. Sin embargo, Otero lleva esta fórmula mucho más allá: acumula invitados sin despedir a ninguno de ellos. Esto crea una situación tan surrealista como acabar observando una tertulia formada por Josema Yuste ( de Mates y Trece), Leo Bassi (humorista) y Tamara (cantante de boleros) en la que el primero de ellos lleva en pantalla más de 30 minutos. El resultado no podría ser más desafortunado: una mesa redonda con personajes que no tienen nada en común y con personalidades completamente diferentes. Antes este panorama, el intento de Otero por hilvanar una charla fracasa ante la más común de las evidencias, no existe ningún tema común y los tertulianos se ven obligados a opinar sobre la parcela laboral del resto. Así, asistimos a las reflexiones musicales de Josema Yuste y los gustos humorísticos de una sosa Tamara completamente fuera de lugar y visiblemente incómoda. El sumum del esperpento se produce cuando Leo Bassi (conocido en televisión por su número humorístico consistente en ingerir excrementos humanos) diserta sobre diferentes teorías filosóficas y critica la televisión que se hace mostrando ostentosamente libros de Descartes en un intento por recuperar la dignidad perdida de aquel que ha ejercido de bufón de la corte por los diferentes platós televisivos
Todo este caldo de cultivo esta cocido por una conductora, Julia Otero que busca constantemente el lucimiento personal. Cuando realiza una entrevista habla más ella que el entrevistado y acapara más minutos de cámara que nadie.
En definitiva y en mi opinión, programas como Las cerezas ponen de manifiesto la gran hipocresía que en este país gira en torno a la televisión. Estamos acostumbrados a oír la expresión telebasura para catalogar a determinados programas mientras otros periodistas como Julia Otero hacen gala de una intachable trayectoria profesional mientras realizan productos de ínfima calidad y poniendo en evidencia su enorme vanidad.
La formula que utiliza Otero en su nuevo programa está tan manida como sobreexplotada: un programa para adeptos a su conductor. El ritmo al que avanza el programa ( el programa es todo aquello que transcurre entre las larguísimas y continuadas pausas que hacen imposible ver el programa entero si no lo tienes grabado) es lentísimo y los invitados se van dando paso de forma sucesiva a través de la gastada fórmula consistente en tener al primer invitado presente mientras dura la presentación del segundo. Sin embargo, Otero lleva esta fórmula mucho más allá: acumula invitados sin despedir a ninguno de ellos. Esto crea una situación tan surrealista como acabar observando una tertulia formada por Josema Yuste ( de Mates y Trece), Leo Bassi (humorista) y Tamara (cantante de boleros) en la que el primero de ellos lleva en pantalla más de 30 minutos. El resultado no podría ser más desafortunado: una mesa redonda con personajes que no tienen nada en común y con personalidades completamente diferentes. Antes este panorama, el intento de Otero por hilvanar una charla fracasa ante la más común de las evidencias, no existe ningún tema común y los tertulianos se ven obligados a opinar sobre la parcela laboral del resto. Así, asistimos a las reflexiones musicales de Josema Yuste y los gustos humorísticos de una sosa Tamara completamente fuera de lugar y visiblemente incómoda. El sumum del esperpento se produce cuando Leo Bassi (conocido en televisión por su número humorístico consistente en ingerir excrementos humanos) diserta sobre diferentes teorías filosóficas y critica la televisión que se hace mostrando ostentosamente libros de Descartes en un intento por recuperar la dignidad perdida de aquel que ha ejercido de bufón de la corte por los diferentes platós televisivos
Todo este caldo de cultivo esta cocido por una conductora, Julia Otero que busca constantemente el lucimiento personal. Cuando realiza una entrevista habla más ella que el entrevistado y acapara más minutos de cámara que nadie.
En definitiva y en mi opinión, programas como Las cerezas ponen de manifiesto la gran hipocresía que en este país gira en torno a la televisión. Estamos acostumbrados a oír la expresión telebasura para catalogar a determinados programas mientras otros periodistas como Julia Otero hacen gala de una intachable trayectoria profesional mientras realizan productos de ínfima calidad y poniendo en evidencia su enorme vanidad.
13 comentarios
El Principito -
Filmaker -
Blas Piñar -
Animo, principito, sigue así.
Un saludo patriota.
Che Guevara -
Además de sufrir el infierno de la oposición lo hacen con un líder tan carismático como F. Porta retransmitiendo un partido de fútbol en antena 3 (la vuestra). Zapatero a su Gobierno y Mariano a sus botijos.
¡Viva la revolución!
El Principito -
El Principito -
Dani -
el señor de los llaveros -
El Principito -
El Principito -
Niqmad -
PSOE a la foguera! ;)
Indòmita -
El Principito -