30 años de "Juancarlismo"
Hoy se cumplen 30 años de la coronación de Juan Carlos I como Rey de España con un balance más que positivo. Los más perspicaces le vaticinaron un corto reinado pensando, incluso, en el sobrenombre de “el breve” cuando dejase el trono. Lejos de ser así, se cumple la tercera década de su reinado, el periodo de paz más largo que ha tenido este país.
Desde estas líneas quiero manifestar mi apoyo y admiración al Jefe del Estado a quien la Historia pondrá en su justo lugar con el paso de los años. Gracias a él, entre muchos otros, gozamos de un sistema con el mayor abanico de derechos y garantías que los españoles nunca soñamos. La Transición hacia la democracia no hubiera sido posible sin el empujón inicial de Juan Carlos I. Más allá de ser el impulsor del cambio democrático que tanto necesitaban y suplicaban los españoles, se erigió en actor principal para desbaratar el fallido golpe de Estado de Tejero. Hoy en día se ha convertido en el mejor ministro de asuntos exteriores que podríamos tener, en un valioso diplomático y en un cercano monarca.
En el “debe” se le puede apuntar la falta de decisión en momentos puntuales donde la unidad de España y los derechos de aquellos que nos sentimos españoles se han visto amenazados. Tal vez, Juan Carlos ha pecado de ser excesivamente purista dentro del sistema democrático y algunos nos hemos sentido desamparados en momentos puntuales. Nuestra monarquía parlamentaria impide un exceso de protagonismo del monarca pero no impide que acuda al auxilio de España cuando ésta le necesita.
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