Dictadores mediáticos
El Príncipe Harry -antes conocido como Harry Potas por su afición a beberse hasta el agua de los charcos- la ha vuelto a liar. Su última brillante idea ha sido disfrazarse de nazi para hacer la gracias y salir fotografiado de tal guisa en todos los medios mundiales. Menuda gracias le debe haber hecho al orejado progenitor que su vástago le meta en más problemas de los que él solito se busca.
Más allá de la metedura de pata provocada por la frivolización de un tema tan importante como nuestra memoria histórica más reciente se esconde otra perversión moral, la de los dictadores mediáticos.
Tras aparecer la fotografía del Príncipe Harry disfrazado de nazi, la opinión pública se ha puesto las manos en la cabeza. Incluso se ha llegado a sugerir que se le prohíba la entrada en la academia militar. Yo me pregunto si nos hubiéramos escandalizado tanto si el inconsciente Harry se hubiera disfrazado de Stalin o Castro. Seguro que no. El motivo es simple a la vez que repugnante: los dictadores están peor vistos socialmente en función de su extremo político de procedencia.
Más de una vez he asistido a conversaciones en que alguien se declaraba admirador de Castro, Stalin o Mao ante la pasividad e incluso complacencia del resto de contertulios. Sin embargo, esa pasividad no aflora cuando alguien se declara admirador de Mussolini (recordemos el reciente incidente del futbolista Di Canio), Hitler, Franco o Sadam. Incluso nuestro Gobierno entabla relaciones con Chávez y no ocurre nada. Se disfraza como un acercamiento a Ejecutivas de países de la órbita socialista y la opinión pública traga. Como siempre.
¿Por qué unos dictadores gozan del beneplácito de la tolerante consideración por parte de la opinión pública?. No añado y otros no porque me parecen repugnantes todos ellos por igual. Es decir, todos los dictadores encarnan el mal. La distinción, la matización eufemística en función de su vertiente ideológica es completamente deleznable. Es vil y mezquina. Y todos quienes contribuyen y alentan estas distinciones no son más que fascistas con piel de demócratas. Una nueva raza con grandes dotes para el camuflaje con el entorno que está en pleno apogeo.
Más allá de la metedura de pata provocada por la frivolización de un tema tan importante como nuestra memoria histórica más reciente se esconde otra perversión moral, la de los dictadores mediáticos.
Tras aparecer la fotografía del Príncipe Harry disfrazado de nazi, la opinión pública se ha puesto las manos en la cabeza. Incluso se ha llegado a sugerir que se le prohíba la entrada en la academia militar. Yo me pregunto si nos hubiéramos escandalizado tanto si el inconsciente Harry se hubiera disfrazado de Stalin o Castro. Seguro que no. El motivo es simple a la vez que repugnante: los dictadores están peor vistos socialmente en función de su extremo político de procedencia.
Más de una vez he asistido a conversaciones en que alguien se declaraba admirador de Castro, Stalin o Mao ante la pasividad e incluso complacencia del resto de contertulios. Sin embargo, esa pasividad no aflora cuando alguien se declara admirador de Mussolini (recordemos el reciente incidente del futbolista Di Canio), Hitler, Franco o Sadam. Incluso nuestro Gobierno entabla relaciones con Chávez y no ocurre nada. Se disfraza como un acercamiento a Ejecutivas de países de la órbita socialista y la opinión pública traga. Como siempre.
¿Por qué unos dictadores gozan del beneplácito de la tolerante consideración por parte de la opinión pública?. No añado y otros no porque me parecen repugnantes todos ellos por igual. Es decir, todos los dictadores encarnan el mal. La distinción, la matización eufemística en función de su vertiente ideológica es completamente deleznable. Es vil y mezquina. Y todos quienes contribuyen y alentan estas distinciones no son más que fascistas con piel de demócratas. Una nueva raza con grandes dotes para el camuflaje con el entorno que está en pleno apogeo.
13 comentarios
El Principito -
Anónimo -
PennyLane -
si es q te dejas tú solo en ridículo.
El Principito -
Sobre lo de Castro: solo te diré que he estado en Cuba y te aseguro que los que no tienen privilegios concedidos por el regimen no están muy a favor. No existe país con mayor manipulación informativa que Cuba. Te podría poner muchos ejemplos. Creo que desconoces la realidad de Cuba
Decanodiego -
Defensa -
Y no solo por los judios, sino por los 80 mil britanicos que murieron luchando contra Hitler y protegiendo a occidente.
El Principito -
Defensa -
Y si se puede comparar a dictadores, o mas bien sus actos y hechos.
Carlos -
La situación se ha disparado a niveles insospechados, pero como siempre, las verdaderas polémicas quedan ocultas bajo el ruido de contertulios y tabloides. Se ataca el disfraz y al principito (no a tí), pero no la educación y tutela que reciben los herederos.
El Principito -
Me quedo con el editorial de EL PERIÓDICO de hoy en que se decía muy acertadamente que un hecho así pone de manifiesto lo alejada que está la realeza británica de la sensibilidad de su pueblo
Carlos -
...No creo que tu Maestro Espada los comparara... son dictadores y punto... todos igual de terribles, independientemente del lugar de procedencia, ideología, etc... otra cosa son los que en maneras democratas se dedican a ejercer sus poderes de manera dictatorial o los que con su poder no les importa corronper o deshacer.
¿Porque quien es peor? ¿Pinochet o los americanos, como Kissinger, por ejemplo, elegidos "democraticamente", que le dieron pasta y apoyos para convertir Chile en una dictadura?
Defensa -
el señor de los anillos -
Declararse seguidor de un politico ya sea dictador o democrata siempre es peligroso ya que aunque en ese momento estes de acuerdo con él te defraudará.